El deseo es movimiento, cambio, dinamismo; busca por sí mismo satisfacerse a través de nuestras vivencias. Hablar de deseo también implica hablar de vacío, es necesario sentir la falta para poder desear.
Si unimos el movimiento con el vacío, podemos ver cómo funcionamos: una vez un deseo es satisfecho, desaparece, para dar cabida a uno nuevo y obtener nuevamente satisfacción.
El deseo implica aceptar que somos seres sexuados, ósea que nuestro cuerpo no es sólo “fisiológico”, sino también pulsional (impulso sexual).
Todos tenemos una “energía psíquica” (libido) que se enlaza a diversos objetos para poder satisfacerse ej.: desear tener una relación (libido) con x persona (objeto), desear viajar (libido) a Italia (objeto).
Hacia donde dirigimos esta energía es algo fundamental, los deseos nos mueven porque a través de la satisfacción de éstos, estamos satisfaciendo la líbido.
Las pulsiones (impulso sexual), no solamente están relacionadas con el impulso a tener relaciones o gratificación sexuales, las pulsiones se dividen en dos: de vida: las que nos llevan a la búsqueda de bienestar, novedad, intimidad, amor, creatividad, relaciones, genitalidad, proyectos y las de muerte que nos empujan hacia el dolor, odio, sufrimiento, malestar, destructividad.
Todos los seres humanos nos movemos entre ambas, tratando de buscar un equilibrio que nos de paz mental
Dentro de la terapia evaluamos la forma como una persona desea, porque así nos damos cuenta cómo vive. Vivir es movilizarse en busca de satisfacciones: comer, beber, jugar, trabajar, socializarse, amar, tener relaciones sexuales, reír, entretenerse, encontrar amistades, disfrutar, dormir, emocionarse, ganar dinero, gastarlo, comprar, tener cosas, ganar partidos, obtener reconocimientos, ganar batallas, ser mejor persona, etc. Saber esto nos permite ver donde debemos enfocarnos, para aumentar la satisfacción que percibe esa persona de su propia existencia.
Debemos buscar actividades, retos, personas proyectos etc. que nos conecten con nuestra pulsión de vida, esto hará que nuestro estado de ánimo esté equilibrado, también si hay un desbalance puede ayudar a que sea más llevadero. Algunas recomendaciones:
1. Medita: la meditación te ayuda a auto observarte, ver tus pensamientos y pensar acerca de ellos. Al hacer un buen uso de la respiración, estás haciendo que tu cuerpo y mente descansen.
2. Haz actividades placenteras: realiza cosas que te gusten, sólo por el placer de hacerlas.
3. Cuida como te ves: De acuerdo con tu estilo, trata de usar cosas que te hagan sentir atractiv@.
4. Ten proyectos positivos: que vayan con tus valores de vida a corto, mediano y largo plazo, lucha por ellos, haz un plan para alcanzarlos.
5. Selecciona a las personas que quieres tener cerca en tu vida: Con la familia puede ser difícil, pero si hay alguien que sientes que no te deja crecer, debes hacer un plan para poner límites, con el resto de las personas puedes escoger a quién mantener en tu vida o no.
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