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Foto del escritorTatiana Hoyos Francis

Temas de sexualidad: Aversión al sexo


¿QUÉ ES LA AVERSIÓN AL SEXO?

El trastorno por aversión al sexo, denominado también rechazo sexual o aversión sexual, es debido a un miedo intenso e irracional hacia la actividad sexual.

Podríamos decir que se trata de una fobia al sexo. El individuo que lo padece evita de forma activa todas o casi todas las conductas sexuales con la pareja. Este trastorno puede considerarse como un trastorno grave del deseo sexual.

Expresiones como "a mi no me gusta el sexo", "odio el sexo", "no siento nada cuando me tocan", pueden ser típicas de una posible aversión sexual.

La aversión sexual es una conducta persistente de miedo, asco, repulsión, disgusto y ansiedad ante la presencia de cualquier conducta sexual y, en ocasiones, ante el solo pensamiento de ésta. La intensidad de la reacción del individuo frente al estímulo aversivo, puede ir desde una ansiedad moderada y una ausencia de placer, hasta un malestar psicológico extremo.

El componente central de la aversión al sexo es la ansiedad, en diversos grados. Existen personas con formas graves del trastorno que, ante una situación de tipo sexual, sufren crisis de angustia, con ansiedad extrema, terror, desmayos, palpitaciones, náuseas, mareos y sensación de ahogo. Estas personas pueden intentar evitar dichas situaciones con algunas estrategias, como acostarse pronto, viajar en exceso, descuidar el aspecto personal, abusar del consumo de determinadas sustancias, o ocupar demasiado el tiempo.

¿CUÁLES SON LAS CAUSAS DE LA AVERSIÓN AL SEXO?

Las causas que influyen en el inicio de una aversión al sexo pueden ser diversas. Aunque la causa por excelencia es la adquisición de esta aversión por aprendizaje. En pacientes con trastorno de angustia, la causa de la fobia sexual podría ser la inquietud ante la posibilidad de presentar una crisis de ansiedad durante las conductas sexuales.

Algunos de los factores que influyen en el inicio de una aversión al sexo son una educación moral y religiosa estricta, relaciones deterioradas con los padres, información sexual inadecuada, experiencias sexuales traumáticas en la infancia (violación, maltrato, incesto), problemas de pareja, infidelidad, expectativas irreales, reacción a algún trastorno orgánico subyacente, edad y cambios hormonales, enfermedades psiquiátricas (depresión, ansiedad), aborto, etc.

La presencia de disfunciones sexuales previas (como la dispareunia) al desarrollo de la aversión también puede presentarse.

Otros factores responsables de mantener en el tiempo la aversión sexual serían: ansiedad ante la interacción sexual, anticipación de fallo o fracaso, culpabilidad, falta de atracción y comunicación entre la pareja, miedo a la intimidad, deficiente autoestima, escasez de estímulos eróticos, escaso tiempo en los juegos preliminares, y trastornos mentales.

FORMAS CLÍNICAS DE LA AVERSIÓN AL SEXO

El trastorno por aversión al sexo puede presentarse de diferentes formas, según sea la edad de inicio: primario (de toda la vida) o secundario (adquirido en un momento concreto, habiendo tenido anteriormente un vida sexual normal o sin aversión).

Según el contexto. Situacional, si dicha aversión sexual se da en una determinada situación o conducta sexual concreta; o generalizado, si se da en cualquier tipo de situación o conducta sexual, incluso en imaginación.

TRATAMIENTO Y SOLUCIONES DE LA AVERSIÓN AL SEXO

A través de la desensibilización sistemática progresiva y ejercicios de focalización sensorial en los que el paciente se enfrenta progresivamente a la situación que le provoca miedo, en un entorno placentero y sin exigencias, para inhibir la respuesta ansiosa aprendida. Para que el proceso terapéutico sea efectivo es necesario el seguimiento de un profesional.

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