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Foto del escritorTatiana Hoyos Francis

Temas de Sexualidad: Eyaculación Precoz


La eyaculación precoz consiste en una expulsión súbita de semen, de forma incontrolada, y antes del momento deseado por el hombre, que no es capaz de controlar el reflejo eyaculatorio. En ocasiones se produce incluso antes de iniciar la penetración.

Es la disfunción sexual más frecuente en el hombre, ya que afecta de manera habitual a casi el 30% de los hombres, y al menos el 70% ha tenido algún episodio de eyaculación precoz a lo largo de su vida. Puede aparecer a cualquier edad.

No se trata de un problema de gravedad para la salud del hombre, y no suele estar causada por una complicación física. Sin embargo, debe tratarse para evitar problemas psicológicos que puedan alterar la estabilidad emocional del hombre o su relación de pareja.

La ansiedad es un factor esencial y una de las principales causas de eyaculación precoz. Un alto nivel de estrés o nerviosismo, miedo a que la pareja quede embarazada o a hacer el ridículo, pueden tener como consecuencia que el hombre pierda el control durante el coito.

Otras causas:

  • Relaciones sexuales infrecuentes: los hombres que no tienen relaciones sexuales con frecuencia, presentan una mayor tendencia a ser eyaculadores precoz.

  • Algunas enfermedades psiquiátricas como la depresión, el trastorno bipolar o el estrés postraumático también pueden contarse estre las causas de la eyaculación precoz.

  • Infecciones de la vía urinaria o de la próstata. La prostatitis crónica es causa, en muchas ocasiones, de disfunciones sexuales.

  • Alcoholismo y tabaquismo crónico, que también pueden originar disfunción eréctil.

  • Fármacos y drogas: cocaína, marihuana, diuréticos, antihipertensivos y digoxina son las sustancias que se relacionan habitualmente con este problema.

  • Trastornos neurológicos: neurosífilis, esclerosis medular y neuropatías.

  • Trastornos hormonales: defectos en la tiroides y las glándulas suprarrenales. Estos casos suelen acompañarse también de disfunción eréctil.

El diagnóstico de la eyaculación precoz suele realizarse en base a las manifestaciones clínicas. Se debe comprobar que la eyaculación se produce ante una estimulación mínima, o que el hombre no puede controlarla lo suficiente para realizar la penetración o mantenerla el tiempo deseado.

En muchas parejas se tiende a confundir una verdadera eyaculación precoz, con un alto nivel de excitación sexual o un empeño excesivo en que la mujer alcance el orgasmo durante el coito.

Para diferenciar el tipo de disfunción sexual que presenta el paciente es imprescindible elaborar una historia clínica completa en la que se detalle el problema. Evidentemente, lo mejor es hablar con confianza para dar al médico y/o psicólogo toda la información que necesite.

En todo caso también deben realizarse analíticas para valorar así los niveles hormonales y la presencia de posibles infecciones.

Si con estas actuaciones el diagnóstico no ha quedado claro, pueden llevarse a cabo diversas pruebas de imagen (ecografía o TAC) para observar el estado de la próstata o de las principales glándulas que puedan causar trastornos hormonales.

El tratamiento de la eyaculación precoz dependerá de la gravedad del caso y de lo que este problema afecte al paciente. En primer lugar se comenzará con terapias psicológicas, cuyo objetivo es modificar las técnicas sexuales, y que precisan de la participación de la pareja para resultar efectivas. El tratamiento farmacológico se reservará para aquellos casos en los que la terapia no obtenga los resultados deseados.

La prevención de la eyaculación precoz está íntimamente ligada a la psicología del paciente. Es importante mantener la calma durante las relaciones sexuales sin crearse ningún tipo de expectativas.

La mayoría de los hombres cree que el pensar en otras cosas durante el coito retrasa la eyaculación; sin embargo, no se ha demostrado científicamente que esto sea cierto. Por el contrario, puede ser una fuente de frustraciones, no solo por no conseguir el objetivo perseguido, sino porque no permite al hombre centrarse y disfrutar con el sexo. La mente percibe, gestiona y canaliza la excitación sexual y, por tanto, al pensar en “otra cosa” solo se consigue disminuir la capacidad de control sobre la respuesta eyaculatoria.

No existe en realidad ningún método exacto para prevenir la eyaculación precoz, tan solo pueden darse algunos consejos básicos a seguir:

  • Mantener unas relaciones sexuales sanas y sin presiones.

  • Tener confianza y una buena comunicación con la pareja.

  • Realizar cambios de ritmo durante el coito.

  • Practicar juegos preliminares antes del coito sin prisa.

  • No obsesionarse si a la mujer le cuesta llegar al orgasmo con la penetración. Emplear otros métodos y alargar los juegos preliminares para conseguir una mayor excitación que le facilite alcanzar el clímax.

  • Hacer ejercicio con regularidad, seguir una dieta equilibrada y evitar el consumo de tabaco y alcohol.

  • Los problemas de estrés, ansiedad o depresión, deben tratarse adecuadamente porque pueden ser el motivo de la eyaculación precoz.

  • Evitar los malos hábitos masturbatorios en los que se intenta alcanzar el orgasmo lo más rápidamente posible.

  • Acudir enseguida al especialista si un “episodio aislado” de eyaculación precoz se repite.

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